¿Estás embarazada? Probablemente los cambios corporales que estás experimentando te hagan pensar sobre cómo será tu apariencia tras el parto: flacidez, estrías, colgajos de piel donde antes había un cuerpo sensual. Pero no te espantes, este periodo es transitorio, especialmente si cuidas tu cuerpo, pero en especial tu busto, puede sufrir muchos cambios durante la gestación y lactancia.
Durante el embarazo, no solo crecerá tu vientre: tus senos también experimentarán un crecimiento debido a que se acumula grasa que dará lugar a la formación de la leche materna, y las glándulas mamarias aumentarán su tamaño. Probablemente necesites una o dos tallas más de contorno en los primeros trimestres de gestación.
Como consecuencia del crecimiento de los senos, la piel se estira y probablemente experimentes comezón, ardor, cosquilleo, pinchazos o sensibilidad en tu busto. Te recomendamos que para evitar que el estiramiento provoque la aparición de estrías en tu busto (y vientre), bebas mucha agua natural y mantengas hidratada tu piel con cremas que, además, te ayuden a combatir las ansias por rascarte.
Otra característica del embarazo es el incremento del volumen de sangre, la cual fluye hacia los senos y provoca que las venas se ensanchen, los pezones y areolas se vuelvan más oscuros y prominentes. Las glándulas pueden secretar una sustancia espesa y amarillenta: el calostro con el que alimentarás a tu bebé; por lo que te recomendamos evites el uso de jabones muy perfumados o esponjas ásperas en tus senos, que pueden provocar sequedad y grietas dolorosas al retirar la grasa secretada por las glándulas.
Para dar soporte a tu busto puedes cambiar tu sostén regular por sujetadores especiales para futuras mamás, diseñados para aliviar las molestias musculares durante el embarazo y el puerperio, además facilitan la lactancia. Opta por textiles de algodón al 100%, que te ayudarán a estar más fresca, cómoda y evitar las alergias; también puedes elegir aquellos con almohadillas lavables para que absorban el calostro y no manchen tu ropa.
Quizás le interese leer: ¿Cómo tener un busto bonito después de la lactancia?
El baño diario, más que una recomendación, es una necesidad ya que durante el embarazo es normal sentir más calor que de costumbre, y el sudor puede agravar la picazón en tus senos. Al ducharte, un chorro de agua fría sobre tus senos te ayudará a aliviar la comezón y a tonificar la piel, evitando la flacidez.
Si sufres grietas en los senos, además de usar crema hidratante, puedes dejar expuestos tus pechos (si se puede, al sol y aire) para que la piel cicatrice más rápido. Este tip te servirá también durante la lactancia, periodo en que se reseca la piel del busto y puede ser lastimada por las encías del bebé.
Una vez que finaliza el periodo de gestación y lactancia, tus senos recuperarán su tamaño original, o tal vez hayan crecido un poco por el aumento de peso y volumen corporal. Y, precisamente por estos cambios, pueden haber sufrido ptosis mamaria o caída del busto que si bien no es un problema físico, probablemente no te agrade la nueva apariencia de tu busto.
La buena noticia es que estos inconvenientes tienen solución sin necesidad de pasar por el quirófano para recuperar tu apariencia previa al embarazo. Levanta tu busto sin cirugía, elimina los “gorditos” en espalda, brazos y cintura, recupera el tono muscular de tu vientre y desinflama tus piernas en Body Sanctuary.
Contamos con tecnología de punta para ayudarte a recuperar tu figura, sin cirugía ni pastillas, con tratamientos como la vacuumterapia, cavitación, HIFU, drenaje linfático, entre otros. Agenda tu cita de valoración a través de nuestro formulario de contacto, ¡con gusto te atenderemos!
Deja un comentario