Cuando escuchamos la palabra “dieta” lo primero que nos llega a la cabeza es un régimen restrictivo para perder peso; sin embargo, la meta con estos regímenes es diferente en cada caso. Por ello, hoy te contaremos las diferencias entre una dieta para perder peso y otra para disminuir la grasa corporal acumulada.
Las personas con algún grado de obesidad suelen someterse a regímenes de reducción calórica para perder peso, por lo que suelen tener limitaciones en su ingesta de macronutrientes: hidratos de carbono y grasa para obtener una reducción general en el volumen de todo su cuerpo, lo que incluye brazos, piernas, pecho, caderas y espalda.
Asimismo, los ejercicios más indicados para favorecer la pérdida de peso suelen ser los cardiovasculares, que ayudan a tener una mejor condición física y metabolismo basal, lo que ayudará a quemar calorías más rápidamente y a comenzar a tonificar los músculos.
Al reducir las calorías, bajarás de peso y disminuirás el porcentaje de grasa corporal a nivel general, y si optas por dietas como la cetogénica, donde se limitan los hidratos de carbono para que el organismo utilice las grasas de reserva para obtener energía, verás resultados muy favorables en poco tiempo, especialmente si ayudas a tu organismo con tratamientos como el drenaje linfático o la presoterapia para eliminar las toxinas.
Las personas que se encuentran cerca de su peso ideal, o que se encuentran satisfechas con su peso, mas no con grasa localizada que acumularon en el vientre, muslos, brazos o espalda, suelen tener un régimen limitado en hidratos de carbono, pero rico en proteínas y grasa natural (como frutos secos, aceite de coco o aguacate) para desinflamar su organismo en general. En este régimen los carbohidratos suelen consumirse de forma moderada, y suele ser la continuación del anterior; es decir, la dieta de mantenimiento para que conserves los resultados alcanzados y puedas regresar a la talla que tenías antes de tener hijos, o cuando no estabas inmerso en el trabajo y sin tiempo para cuidar de tu alimentación.
De forma conjunta a la dieta, se recomienda combatir la acumulación de grasa y la flacidez en las zonas difíciles con ejercicio. El entrenamiento de fuerza, ya sea con pesas o con el mismo cuerpo como en el caso del yoga, es el más indicado para ambos objetivos, y puedes intercalarlo con el ejercicio cardiovascular para mejorar tu salud y calidad de vida.
Los tratamientos con aparatología como la cavitación, HIFU y la radiofrecuencia son de gran ayuda para remodelar el cuerpo y eliminar el exceso de tejido adiposo en las áreas más difíciles, donde la estimulación de colágeno y elastina desempeña un papel crucial, ya que estas dos proteínas presentes en los tejidos cartilaginosos ayudan a que los tejidos recuperen su tamaño normal y apariencia saludable.
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